Llegando a Serre Chevalier...
En el verano de 1993 en Pola la calle principal era aún de doble sentido, no habían llegado las televisiones privadas (y no se pudo ver la victoria de Indurain en el Giro, salvo en pueblos cercanos, aquellos que accedían a la señal de éstas por el emisor situado en el Gamoniteiru), no había piscina climatizada y cuando alcanzabas la carretera de la Cobertoria te sumergías en un tupido bosque del que no se sabe cuando saldrías. (seguir leyendo)
0 comentarios