Vuelta 2015: Purito ante su última oportunidad
Lo puse aquí hace unos días: Purito Rodríguez está ante la última gran oportunidad de su vida de vencer en una grande... y hoy ha presentado con creces sus credenciales para apuntarse el triunfo final.
Andorra sirvió para cribar la general, ver quién estaba en condiciones, quien quería apuntarse la victoria, pero no para ganar la Vuelta de este año. Suponer lo contrario, ataques a 100 de meta y todo lo demás es mentirse a uno mismo: dejemos de ver las mejores etapas del pasado y centrémonos en lo que es, hoy por hoy, una gran vuelta por etapas...
Pues bien, en esa etapa andorrana en la que el podium del Tour "voló por los aires" (minutadas a Froome, Quintana y Valverde), Aru, Purito, Majka y Dumoulin solventaron la papeleta para jugársela de nuevo en el tríptico cantábrico: las tres llegadas en alto consecutivas. De nuevo el tríptico que, a pesar de desgastar las fuerzas de los corredores, hay que darse cuenta de que bloquea la carrera hasta límites insospechados. La carrera ayer se resolvió en los kilómetros finales de Fuente del Chivo (amplísimo grupo el que llegó a Alto Campoo, por cierto), al igual que hoy en Sotres... Dejemos de echar la culpa a los corredores y a las estrategias de los directores: ¿quién va a "suicidarse" con un ataque en el alto de Ortiguero, que ni siquiera puntuaba? ¿quién va a probar algo en el Escudo cuando tienes un puerto de 21 kilómetros y un tramo llano entrepuertos de más de 30 kilómetros? Insisto, esto de diseñar recorridos para grandes vueltas no es poner un puerto y otro y otro más, y sírvase de cualquier manera. No, además de tener en cuenta las salidas y las llegadas y otros aspectos, debería cuidarse la fisonomía de la etapa y de la carrera, y si hago 3 finales en alto, ¿quién va a variar su estrategia? Si la etapa más dura es la tercera de las tres, ¿quién va a probar algo de lejos?
Pues bien, volviendo a la etapa del Jitu (o de Sotres), se resolvió en la última parte de la última ascensión. Los que lo conocemos bien teníamos cierta indignación al ver como al pueblo de Sotres (a dos kilómetros de la meta) llegaba aún un grupo bastante grande y las diferencias finales no eran ni mucho menos las esperadas, viendo la exigencia del puerto. Los ataques entre los favoritos, salvo uno de Nairo Quintana a 10 kilómetros, se reservaron para esa zona final, desde el desvío a Pandebano hasta la meta, los tres últimos kilómetros.
¿Y para qué atacar? Para distanciar al único contrarrelojista que aguanta en la general en los primeros puestos, sin haberse disputado, aún, una sola crono individual. Imaginaos ahora que ya hubiéramos tenido una de 40 o 50... y aún quedara otra (la del miércoles). ¿Veis la diferencia? ¿Atacarían los escaladores de más lejos?
Mañana llega la etapa de la Ermita de Alba, una etapa diferente con un diseño maquiavélico, con tres puertos de salida (uno no puntuable), dos cotas de tercera y segunda en la zona central (Cabruñana y Tenebreo) y la traca final con Cordal-Cobertoria-Ermita de Alba, los tres sin llano entre ellos. La gran esperanza de ver una buena etapa y no un gran final (los dos primeros están en un segundo) es que Nairo Quintana está a tres minutos en la general y cuenta con uno de los mejores equipos de la carrera...
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