La deriva de Guillén
Más de tres años han pasado desde la que podemos decir que fue la última etapa de alta montaña en Asturias dentro de la Vuelta a España.
Y qué fueron entonces las etapas de Fancuaya, Cruz de Linares, Angliru, Cuitu o Lagos en estos últimos tiempos, se preguntarán muchos. Os remito a sus respectivos perfiles: etapas con desnivel, sí, pero plagadas de ascensiones de menor tamaño.
Guillén ha dado un paso claro hacia el final en alto duro, dejando de lado los puertos de paso de cierto nivel, porque no nos engañemos, Cordal, Mozqueta, Tenebreo, Perlavia, la Campa, Santo Emiliano, Collaona,...son puertos de menos de 20 minutos de esfuerzo para un ciclista profesional, por mucha categoría, más que engordada, se muestre en los perfiles de la ronda española.
De la ronda española sigue desaparecida la Cobertoria (por cualquiera de sus vertientes) desde el 2 de septiembre de 2021; San Lorenzo ha aparecido de forma testimonial (en la etapa de Cruz de Linares, en mitad de recorrido); Ventana sigue inédito; Somiedo lleva sin pasarse desde 2008; Bustellán continúa inédito... A lo que voy es que los diseños de alta montaña vuelven a no estilarse en el Universo Unipublic.
Y esta edición, la de 2025, con una Farrapona sur ya asfaltada, la etapa pedía eso, un doble paso, un diseño a la altura de una etapa reina de una gran Vuelta. La etapa diseñada queda coja a todas luces...y lucirá porque San Lorenzo-Farrapona es el mejor dueto de la Vuelta 2025 sin duda, pero le falta algo para llamarla "reina" o tan siquiera "infanta".
A la Vuelta, y tampoco a las administraciones, tenedlo en cuenta también, no les interesan los recorridos, siguen en "sus trece" de "mi Angliru particular". Proponer y programar enlazados como los vistos en Andorra está en el debe tanto de unos como de otros.
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