Indurain es DIOS
Hoy salí en bici nuevamente y volví a rodar con Marcos, un joven con mucha pasión por el ciclismo. Aún recuerdo cuando vimos juntos la etapa del Gamoniteiru y él se conocía los nombres de casi todos los ciclistas: "Marcos, ¡¡¿¿y éste quién es??!!"
Lamentablemente casi me doy hoy la vuelta y dejo de rodar a su lado cuando me dijo que Indurain hacía un ciclismo aburrido, que no atacaba en montaña y que arrasaba en las contrarreloj, que "a ver qué opinarían los italianos o los belgas o los franceses de aquel ciclismo que practicaba Indurain". Opté por pedalear a su lado y recomendarle muchas etapas que demuestran que, bajo la apariencia de aquel hombre tranquilo que siempre tuvo (y tiene) DIOS Indurain, se escondía una de las bestias más grandiosas que hemos disfrutado (todos, todos los amantes del ciclismo) en cualquier rincón que guste este deporte.
Desde Val Louron en 1991 a La Plagne en 1995, desde Lieja a Hautacam, o sus exhibiciones contrarreloj... Y eso que me dejé el resto de carreras: el Mundial de 1993 en que obtiene la plata por delante de varios sprinters; su grandeza como compañero en el Mundial de Duitama en 1995 cuando mitiga los esfuerzos de Pantani para que Olano consiga ganar el oro. Y su forma de perder, de caer y de dejar el ciclismo. O el poso que dejó como deportista años y años después de su retirada.
Aquel Tour 1988 de Perico, y un gregario Indurain haciendo un destrozo en el Tourmalet; su victoria ante el tirano Lemond en el Tour de 1990 en Luz Ardiden; su victoria en la Clásica de San Sebastián de 1990; sus victorias en el Tour del Porvenir o aquel primer maillot amarillo en la Vuelta de 1985 (el más joven en la historia de la carrera); el Campeonato de España que logra en Oviedo en 1992 con un Jon Unzaga festejando la victoria e Indurain peleando hasta el último milímetro.
Ahí va una obra maestra para mirar con detenimiento:
Ahí va su obra contrarreloj más grandiosa:
Y por supuesto, una que pilló por sorpresa a casi todos:
Marcos, la selección que puede hacerse con Indurain es amplísima. Seguiré pedaleando contigo, pero Indurain es intocable, es DIOS. Como seguidor de la "religión Indurain" me vi en la obligación de corregir ese pecado que te lleva a decir que "Indurain hacía un ciclismo aburrido"
¡¡¡Disfruta siempre del ciclismo como lo haces ahora!!!
(FOTO: TVE)
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