Qué te vaya bonito, pistolero
El último corredor que ha ganado dos grandes vueltas por etapas en la misma temporada (2008); el ciclista que ha hecho mejor participación en el Tour de Francia tras adjudicarse el Giro de Italia en la misma temporada de los últimos 19 años; el primer ciclista desposeído de un Tour y un Giro de forma consecutiva (el Tour 2010 y el Giro 2011)... Esto ha sido, a grandes rasgos, Contador en el ciclismo. Hay una mezcla de grandeza con decepción, de leyenda con engaño, de Verbier con Irún, de Fuente Dé con un tercer Tour que sólo está en la mente de los aficionados más acérrimos, aquellos que se obstinan en ver persecuciones... Pero las leyes están para cumplirse ya seas español, belga, francés, marroquí o brasileño.
Desde la detección del cavernorma, por una caída en la Vuelta a Asturias de 2004, a la Operación Puerto en 2006, el extraño Tour de 2007 en el que se convirtió en amarillo de la noche a la mañana por la expulsión de Rasmussen, la imposibilidad de defender el título en 2008 porque la organización del Tour decidió no invitar a Astana, el Giro de ese año "viniendo de la playa", el bronco Tour victorioso de 2009 en el que tuvo "al enemigo en casa" (su idolatrado Armstrong), el suspendido tercer Tour de 2010 (en el que el duelo con Andy Schleck llenó páginas y páginas a costa de su inexplicable reacción posterior a una arrancada por un salto de cadena del luxemburgués), las explicaciones y las mentiras para tratar de defender lo indefendible (la afrenta con la industria cárnica, los "picogramos"), la sanción de los dos años más corta que se haya visto jamás (para beneficio suyo por no tener que afrontar una larga inactividad y también de las propias competiciones, que pudieron contar con el ciclista más mediático durante aquel 2011 en Giro y Tour, sobre todo), de su reaparición fulgurante en la Vuelta 2012 (para regocijo de Unipublic, quien contó con un poker de ases en aquella cita: un Purito que venía de ser segundo en el Giro; el Froome subcampeón del Tour y los reaparecidos Valverde y Contador, tras sendas sanciones), del frustrante 2013, del desafortunado Tour de 2014 y la sobresaliente Vuelta 2014 (quizá su victoria más imperial, ante Froome y ganando las dos etapas reinas), la majestuosa apuesta del doblete en 2015 donde se lleva la carrera italiana y firma un meritorio 5º puesto en la Grande Boucle. Y ese fue el momento en que Contador debió pararse a pensar, porque 2016 y 2017 ya han sido años en que se ha notado la cuesta abajo. Los años pasan para todos, sin ninguna duda.
Pero el gran perjuicio para Contador ha sido la época en la que ha competido, esta era digital, de redes sociales, de poder de los medios. A Contador le ha sobrado aquella campaña mediática de defensa por el positivo en el Tour 2010 (apariciones en programas de telebasura pura y dura, incluída), sus nefastos asesores y su irregular (o mala directamente) utilización de las redes sociales en muchas ocasiones: Contador no necesitaba aparecer en un vídeo pidiendo disculpas por atacar a Schleck, Contador no necesita estar diciendo cada 5 minutos si va a competir o no en la Vuelta o en el Tour, Contador no necesita decir si su lesión es grave o no. Y de todo eso, de ser un personaje mediático de primer nivel durante tantos años, se han servido muchas webs o blogs avidas de "carnaza", algo que ocurre con cientos y cientos de personajes de otros muchos ámbitos.
Con esas luces y sombras que tiene todo deportista profesional, cualquier amante del ciclista debe darle las gracias a Contador por haber sido uno de los ciclistas más combativos y agresivos del pelotón, uno de esos que ha vendido muy cara su derrota. Para la historia quedará siempre la mágica Vuelta de 2012 que parecía destinada a entronizar a Joaquim Rodríguez, hasta que en un impensable rincón de Cantabria Contador insistió una vez más en atacar... El resto ya es historia.
(FOTO: twitter de @albertocontador)
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