Tiempo de Clásicas
No es este un país de clásicas, esas carreras que en el norte de Europa tienen un gran arraigo. Miles de aficionados se echan a las carreteras y caminos para contemplar con sus propios ojos cómo unos recorridos centenarios (algunas ya empezaron a disputarse en el S.XIX) hacen retorcerse sobre los manillares a los más valientes ciclistas. Sus nombres son Paris-Roubaix, Flecha Valona, Tour de Flandes, Milán-San Remo, Lieja-Bastogne-Lieja,... Sobre tramos de pavés, con "muros" que sobrepasan el 20% de inclinación en ocasiones, barro, carreteras estrechísimas,... Esas son las características de estas carreras en las que nunca falta la emoción. Las clásicas son otra forma de ver el ciclismo profesional que no tienen nada que ver con las grandes vueltas, Vuelta, Giro y Tour. Aquí, en ocasiones, abunda el sopor, el aburrimiento y la táctica de equipo se impone a la iniciativa de los ciclistas. No ocurre así, en la gran mayoría de las ocasiones, en estas carreras, en las clásicas. Una pena que en este país los más valientes "clasicómanos" no tengan el reconocimiento que sí poseen los "vueltomanos". Un corredor de la categoría de Óscar Freire, tres veces Campeón del Mundo de Fondo en Carretera, y otras tantas vencedor de la Milán-San Remo, sería poco menos que un mito en países como Bélgica u Holanda, en tanto que aquí, se le trata como un mero sprinter... Surgen iniciativas, en los últimos tiempos, para tratar de realizar una clásica similar a esas del norte de Europa. Una de ellas es la del Gran Premio Canal de Castilla (http://gpcanaldecastilla.wordpress.com ), un proyecto de "clásica" con tramos de tierra, adoquín y asfalto, que debiera ser la punta de lanza para que algún día se convirtiera en una carrera profesional similar a las mencionadas.
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Victor -