Sanción que no llega...
Camino de tres meses de la filtración del "presunto positivo" de Chris Froome en la pasada Vuelta a España, aún no hay sanción para el corredor británico. A ese tiempo hay que sumar desde que le fue comunicado por la UCI hasta que se hizo público, con lo que nos vamos al medio año (casi, casi). El positivo de Froome no es un caso cualquiera: es el del número 1 del ciclismo, y supondría, también, la eliminación de su victoria en la ronda española (que es donde se produce este presunto positivo).
Pero en el ciclismo no pasa nada, la vida sigue y los sancionados prosiguen con su carrera como si nada hubiera ocurrido. Tal vez por ello este deporte (en su rama competitiva) está como está... o no: en los últimos 20 años 7 ediciones del Tour de Francia no tienen ganador, otros dos ganadores fueron suspendidos por dopaje (Landis y Contador), la Vuelta a España sufrió un continuo vaivén de ganador en su edición de 2005 y los podiums de varias ediciones fueron modificados debido a las sanciones; el Giro de Italia no se ha escapado a esta lacra, llevándose la palma la edición de 2011, en la que Contador ganó en la carretera, pero su victoria fue suprimida, tras la sanción por el positivo del año anterior.
Con todo esto, ¿qué hacer con un deporte en donde el número 1 lleva en cuestión en los últimos 20 años? ¿sancionar de por vida? ¿seguir con el mismo sistema de sanciones? ¿cambiar toda la pirámide? ¿mirar para otro lado?
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