Los finales en alto en la Vuelta a España
En multitud de ocasiones se han criticado los recorridos de la Vuelta a España al señalar que eran demasiado blandos ya que la montaña que hay no es muy dura. Es esta una verdad a medias, puesto que la dureza de los puertos españoles es perfectamente comparable a la que hay en Italia y Francia, países que albergan las otras dos grandes rondas por etapas del ciclismo, el Giro de Italia y el Tour de Francia. Puertos como el Angliru, Lagos de Covadonga, San Lorenzo, Ancares, Cobertoria, el Pradell, el Turo L’Home, Collado Bermejo, Calar Alto, Pico de las Nieves son ascensiones que gozan de una fama reconocida en los foros de ciclismo más especializados, unas veces por haber sido protagonistas en distintas rondas por etapas, otras porque su dureza se impone a su presencia en las mismas, lo cual, más tarde o más temprano nadie duda que acabará ocurriendo, ya que no se puede ignorar lo obvio. Pero claro, si analizamos fríamente los datos que nos reportan los finales habidos en la Vuelta a España en los últimos años (pongamos en los últimos 20 años, por ejemplo) la situación arroja datos preocupantes y nos damos cuenta que aún estamos a años luz de Giro de Italia y Tour de Francia. Sin tocar ya el aspecto del diseño de las etapas montañosas en España caracterizadas por finales unipuerto en la mayoría de las ocasiones (lo que contrasta con las grandes etapas dolomíticas o alpinas o pirenaicas de Francia o Italia), la conclusión es rotunda: los finales de etapa son cuasi lamentables.
El puerto que más veces ha sido final de etapa es Lagos de Covadonga, en diez ocasiones. Se trata de una ascensión muy dura, pero que se ve lastrada por un recorrido previo que es en la mayoría de las ocasiones muy pobre (como mucho destaca el Fito, no siempre ascendido). Se dejan por el camino oportunidades para endurecer una etapa que sí podría tener halos míticos. La Collada Mohandi, Llomena, Amieva, Bada, Tornería, Arnicio, Tarna e, incluso, San Glorio y Pontón son ascensiones relativamente cercanas que podrían perfectamente preceder al coloso asturiano.
En segunda posición con ocho finales de etapa se situarían Cerler, Naranco y Sierra Nevada. Pero vayamos por partes, puesto que son casos muy distintos:
-Cerler, francamente, es un puerto que entraría en el Giro cada diez o quince años y no tendría ese protagonismo que tiene en la Vuelta. No pasa de ser un primera y bloquea la entrada de otras cimas cercanas mucho más duras como Pradell o Turo L’Home, por poner un ejemplo, a pesar de que ambas se sitúan en otra comunidad (Cataluña). Una cima como esta sería positiva si al lado tuviera un coloso de grandes dimensiones, del tipo Luz Ardiden con el Tourmalet (aunque la cima francesa tiene muchísima más entidad).
-En cuanto al Naranco es un caso peculiar puesto que va para 13 años que no forma parte del recorrido de la Vuelta, pero sus 8 presencias fueron consecutivas (entre 1990 y 1997). Claro, con cimas como ésta, que han gozado de un protagonismo exagerado durante décadas se explican ciertas cosas. La alta montaña de la Vuelta nunca puede ser un puerto de apenas 5,5 kilómetros. Su fuerte presencia en la ronda española no ha hecho más que perjudicar a la orografía asturiana a la que representa más bien poco. Puertos grandes como Maravio o San Lorenzo o Ventana o Somiedo o Cobertoria por Lena o Cuchu Puercu o Campa Dosango o Cruz de Linares o Llomena o El Palo o Connio o La Marta han estado infrautilizados durante décadas por culpa en mayor medida de esta cima ovetense y de las tachuelas que la preceden por sistema (Santo Emiliano, Padrún y Manzaneda). En los últimos años, a pesar de la desaparición de la escena de esta subida, el panorama para Asturias sigue sin variar en exceso, sólo la excepción de la magnífica etapa de 2006 con final en la Cobertoria nos mostró el camino que, de momento, se ha quedado en un intento.
-Sierra Nevada, por último, es un puerto claramente de los grandes de las carreteras españolas, y de ahí su protagonismo. Pero hay que hacer dos puntualizaciones muy importantes: la primera se debe a la vertiente de subida, puesto que tradicionalmente se ha utilizado la “autopista” en lugar de hacerlo por Las Sabinas como se ha hecho en 2009. Y la segunda es el recorrido previo, el cual por regla general es flojísimo (unipuerto en la mayoría de las ocasiones). Pero en 2009 la situación varió por completo y lo precedió la Ragua (una ascensión espectacular de 2000 metros) y Monachil. Esperemos que al igual que lo sucedido con la Cobertoria 2006 no se quede en un intento. Hacen falta grandes etapas de montaña.
En 6 ocasiones se ha ascendido a Arcalis, puerto andorrano de los que hay a cientos en la península. No se entiende (o tal vez sí) que una subida como esta tenga tanto protagonismo. Sería un caso similar a Cerler, aunque aún tiene algo más de entidad (altitud superior a 2000 metros y un kilometraje que ronda los 20 kilómetros). La Cubilla, puerto que suena para 2010, le gana en todo (menos en altitud) y, a pesar de ello, aún hay incomprensibles reticencias hacia el “Galibier” asturiano.
Y llegamos a otros casos “flagrantes” puesto que en 5 ocasiones han albergado finales de etapa puertos como Abantos o Pla de Beret. Abantos es una subida floja que en Francia seguramente sería catalogada como de 2ª categoría, pero que al encontrarse casi siempre a final de Vuelta se ve agraciada por etapas casi decisivas para el devenir de la carrera. Recordada es la cronoescalada de 2003 en donde un pletórico Roberto Herás le arrebató la Vuelta a Isidro Nozal. En cuanto a Pla de Beret ocurriría otro tanto de lo mismo que con la subida madrileña. Beret es una subida tendida que tampoco se ve favorecida por un terreno previo excesivamente duro. Sólo la Bonaigua, un puerto muy largo pero con una pendiente media que no llega al 5%, es destacable.
Estos han sido los puertos de referencia en los últimos años, aunque poco a poco van escalando posiciones Angliru, Calar Alto o Aitana, subidas de mucho más fuste, en especial la almeriense y la asturiana. Es un cambio de tendencia, de apuesta por subidas mucho más duras que puedan competir con los grandes colosos del Giro y del Tour. Pero aún queda mucho camino por recorrer. En el tintero Ancares, La Marta, Estranguada, Haza de Lino, Llano de las Ovejas, Pico de las Nieves, Gamoniteiru, Siero, Jitu de Escarandi, el Pradell, Turo L’Home, Bola del Mundo,…
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manolo corta -