Roglic, como Tony Rominger
Como Tony Rominger, aquel rival de Indurain que sometía la otra mitad del calendario ciclista junto al navarro, que dominaba la ronda española, que venía del esquí, que había empezado tarde en el ciclismo y que era un especialista en todos los terrenos, Primoz Roglic se ha llevado, por tercera vez consecutiva, la Vuelta a España. Todavía recuerdo aquella Vuelta 94 en que aplastó a sus rivales y que tuvo a dos corredores de Banesto (que equivale al Movistar moderno) flanqueándole en el podium. Rominger no tuvo rival y las diferencias con los rivales fueron exageradas, como se ha visto ahora con el esloveno. Si el podium no ha sido similar del todo (quiero decir, con dos Movistar junto a Roglic) fue por un "fallo" técnico de Miguel Ángel López, quien a falta de unas 30 horas copaba la tercera plaza y se vio desplazado por Haig.
Roglic es el cuarto corredor en la historia del ciclismo que alcanza las tres victorias en la Vuelta (el propio Rominger, Alberto Contador y Roberto Heras, que llegó a cuatro, son los otros tri-triunfadores). El corredor del Jumbo, además, dio la mayor exhibición de la carrera, con una etapa en Lagos a la altura de los más grandes ciclistas de la historia de este deporte: Egan Bernal, el participante con más caché que participaba en esta Vuelta junto a Roglic, atacó a fondo a 60 kilómetros de meta, en la Collada Llomena, y se fue con el líder, quien lo soltó en las rampas de la ascensión más mítica de la Vuelta. Fue el momento cumbre de Roglic y de la carrera, la etapa que se recordará siempre, sin ninguna duda.
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