Aquí está julio, aquí está el Tour
No hay nada, aparentemente, que pueda evitar, un año más, el "día de la Marmota". Podemos hablar de las bondades y maldades del recorrido (hay para todos los gustos y disgustos, desde el pavés a la etapa de Alpe D’Huez, desde la escasez de crono al evidente desequilibrio entre montaña y contrarreloj); podemos hablar de la nómina de concursantes (de primerísimo nivel, como no podía ser de otra manera); podemos hablar del triunvirato de Movistar; podemos hablar de lo que querais, pero el ciclismo profesional vive con un lunar enorme desde que Chris Froome diera positivo en un control realizado ya en la Vuelta a España de 2017, filtrado en diciembre... Más allá de hablar desde nuestros conocimientos de medicina, de ciclismo profesional, de justicia deportiva, que en estos casos siempre son superiores a los de cualquier médico, a los de cualquier componente del staff de un conjunto ciclista profesional o al de un juez del Tribunal de Arbitraje Deportivo, hay que ponerse en la piel de cualquier aficionado "temporal" del ciclismo, el de aquellos que siguen el ciclismo, pero no de una manera continua, en la de aquel que ahora mismo está en plenos Octavos de Final del Mundial de Fútbol (quieras o no, te guste el fútbol o no, el mayor espectáculo del mundo del deporte), que pilla tal o cual periódico deportivo y lee que Chris Froome no ve mayor problema en participar en el Tour. Y ahí está el problema: en la credibilidad. Sky, el mismo conjunto que pensaba de otra manera en situaciones similares...
-https://www.20minutos.es/deportes/noticia/wiggins-contador-tour-1080427/0/
Claro que hay ganas de Tour, pero el lunar ahí sigue, como en el pasado Giro.
El aficionado medio no tiene culpa de esto y acabará pasando página y arrimándose a la cuneta y levantándose del sofá o echándose una siesta durante la carrera. Así ha pasado siempre, y pasará.
1 comentario
REO -
destaque siempre estará dopado.