Protour, GP Beiras y Chuchi del Pino

Chuchi del Pino es un pequeño escalador de la localidad de Segurilla, cercana a Talavera de la Reina (Toledo), perteneciente a esa generación del 90 que hoy por hoy trata de asaltar el reinado de Froome en el Tour de Francia. Es la generación de los Dumoulin, Quintana, Pinot o Peter Sagan... Del Pino, sin embargo, es uno de esos ciclistas obligados a emigrar a un conjunto portugués, el Efapel, de la categoría continental, esa segunda división del ciclismo... Es aquí donde ha conseguido destaparse en Grande Premio Internacional Beiras e Serra da Estrela, de tres etapas, y que culminaba con una jornada en la que se pasaba el duro Alto de Torre (de casi 2000 metros de altitud), y cuyo ganador fue Raúl Alarcón.

Ese es hoy el presente para muchísimos ciclistas de este país, un tiempo muy distinto al que vemos abajo, el de la Vuelta a España 1992, donde competían hasta nueve equipos españoles: ONCE, Banesto, CLAS, Amaya, Artiach, Seur, Kelme, Puertas Mavisa, Wigarma. Si a ello le sumamos uno andorrano, el Lotus-Festina, y otro más portugués, el Sicasal, tenemos hasta 11 conjuntos de la península...

Muchos equipos en una época en la que se "fogueaban" en vueltas pequeñas: Vuelta a Galicia, Vuelta a Asturias, Vuelta a la Comunidad Valenciana, Vuelta a Murcia, Vuelta a Castilla y León, Vuelta a Andalucía,...

Pero ha llegado el Protour, el ciclismo se ha "globalizado" y a estas vueltas pequeñas ya no van los grandes conjuntos. Con ello, menos interés, menos televisión, menos medios, menos patrocinadores,...

Para esto ha servido el Protour, para que desaparezcan conjuntos y más conjuntos, y para que los patrocinadores se vayan del ciclismo, porque, ¿quién va a pagar para que su marca sea invisible?

Para esto ha servido el Protour, para que muchos ciclistas tengan que emigrar porque en España no hay suficientes equipos.

La solución pasaría porque las grandes Vueltas volvieran a invitar a más conjuntos pequeños, como sucedía antes: un premio a una temporada de éxitos. Un efecto dominó que repercutiría en patrocinadores y vueltas pequeñas, sin duda.