Guillén debe cambiar el guion
Se va acabando la Vuelta a España 2014, que coronará, por tercera vez en su historia, a Alberto Contador como campeón absoluto. Una victoria cimentada en su experiencia y manejo de todas las situaciones, el madrileño llegó a las etapas clave de la segunda parte de la Vuelta con leves diferencias sobre sus más inmediatos perseguidores, pero en la alta montaña de las jornadas de Farrapona y Ancares supo dar el golpe de mano definitivo, anticipándose a su gran rival, Chris Froome. Y así se recordará, por estas dos grandes jornadas, puesto que el protagonismo de los muros esta vez fue menos, lo que nos lleva a un análisis...
Demasiadas llegadas en alto de nuevo que no han aportado gran cosa, pocos puertos de paso globalmente (se han concentrado en el tríptico y en la dura jornada de Ancares) y pocos kilómetros contra el reloj, con el agravante de esa crono final que aporta más bien poco o nada deportivamente hablando...
La Vuelta tiene que replantearse en su recorrido, suavizando tal vez el tríptico, que bloquea las ganas de los corredores, a cambio de endurecer los recorridos intermedios de muchas otras jornadas. Varias ciudades tienen buenos puertos de paso para hacer finales atractivos (Oviedo, con San Lorenzo y Dosango; Santander, con la Estranguada; Granada, con Haza Llana, Pradollano o Monachil; Ávila, con el Mediano o Navalmoral,...). Desde el punto de las administraciones no debieran entrar en el juego de buscar también la rampa más dura, como ha ocurrido con la Diputación de León y la Camperona (con su kilómetro al 19%), puesto que un final en Posada de Valdeón o en el mismo puerto de Pandetrave hubiera supuesto un atractivo turístico y deportivo seguramente mucho mayor. Que se haya estrenado antes esta subida que los tremendos puertos de la Cabrera como Gobernadas, Fonte da Cova, Peñón o Llano de las Ovejas es para hacer una profunda reflexión sobre lo que queremos vender y cómo lo queremos vender.
En cuanto al revival continuo de Lagos de Covadonga también hay que dar vueltas. Este año ha cambiado el acompañante, pero Lagos precisa de una etapa "para él solo", no puede estar a expensas del resto del tríptico. O se aprovecha como lo que es, un gran puerto, o mejor no utilizarlo y finalizar abajo, en Cangas de Onís o, incluso, en Covadonga. Lagos tiene puertos alrededor para un diseño de etapa más duro, más de altísima montaña, al nivel de Farrapona o Ancares.
Veo positivo el estreno continuo de puertos. La alta montaña que muchos reclamamos desde nuestros blogs y plataformas va llegando a la carrera. Ya no vemos lo mismo de siempre, que en muchos casos tuvo diseños buenos, ojo, pero que, por repetitivo, acaba cansando. Etapas como Farrapona o Ancares dan un nivel y un prestigio a la carrera, que se engrandece con las buenas participaciones de los últimos años. Eso está bien, pero conviene, como señalo en el título, cambiar el guion, porque la continua repetición del mismo acaba agotándolo.
8 comentarios
serrgio -
JavierAviles -
Van Vooren -
A mi juicio debería modificar dos cosas: No abusar de las llegadas en muros y eliminar las etapas unipuerto, incluyendo más con puertos encadenados, "que haberlos haílos" como se demuestra en esta web.
Montero79 -
Un saludo
jck -
Montero79 -
vizkoino -
jagsanturde -