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Preparando la Clásica Angliru 2009

Hace mucho tiempo que para mi, como para muchos cicloturistas, el Angliru se ha convertido en el Olimpo del Ciclismo, el lema que le ha imprimido Riosa a su colosal montaña. En 1996, cuando la revista Ciclismo a Fondo (con el magnífico reportaje de Mario Ruiz sobre este puerto, además de San Lorenzo, Cobertoria y Soterraña o Cordal) enseñó al mundo ese puerto, ya empecé a echar cuentas de cuándo ir por allí...y cómo, ya que, si bien, geográficamente estaba bastante cerca, no creía que tuviera condiciones para ir, al menos, con bici de carretera. Pues bien, fue pasando el tiempo, hasta que un caluroso día de verano del año 2000 (qué cosas, tras dejar mi etapa de competición en 1998 y volver a cogerla poco a poco ese año) me acerqué a Riosa con mi colega Roberto. Allí iniciamos una ascensión sobre la que llevábamos hablando desde febrero del 96 cuando discutíamos en el instituto sobre si se sería posible que la Vuelta ascendiese algún día, como la subirían los profesionales, si Pantani haría allí una exhibición,... La primera parte ya nos costó subirla y tras llegar a Viapará continuamos como buenamente pudimos. Poco antes de llegar a la zona conocida como Les Cabanes, con rampas que llegan al 22%, dimos la vuelta, ya que creo que, al menos yo, no llevaba el desarrollo adecuado: un 42x23. Sí, habéis leído bien, un 42x23, porque aquel día no teníamos planeado subirlo. Esa fue la primera vez que nos acercamos al Coloso.

En la primavera de 2001, concretamente, el sábado 26 de mayo de 2001, coincidiendo con la Marcha Cicloturista que cada año desde 1998 tenía lugar en Riosa para ascender el Angliru, lo intenté por segunda vez. El recorrido (que podéis ver abajo) constaba de 75 kilómetros, ascendiendo a San Esteban de las Cruces, Padrún, Cordal y, finalmente, el Coloso riosano. Esta vez monté un 40x28, confiado en que no habría problemas, puesto que me había estado preparando casi concienzudamente, llegando con algo más de 2250 kilómetros. Tras pasar los puertos intermedios, bajé la cremallera del maillot a tope, cogí aire y en Viapará lo intenté por segunda vez... hasta que a unos 3 kilómetros de llegar a la cima no pude más y me paré, finalizando ahí el segundo intento.

Este es el perfil de la Cicloruta Angliru 2001.

Y a la tercera fue la vencida, porque al año siguiente fui por allí, ya con un desarrollo mucho mejor (el de la BTT). El domingo 6 de octubre de 2002, con una carga de kilómetros superior (aunque la bici la había empezado a coger ese año en el mes de julio) y una calidad de entrenamientos más óptima (el día antes había hecho la Cicloturista del Naranco de 100 kilómetros) lo ascendí sin aparentes problemas parando dos veces (una para quitar el casco, otra por un fallo en el cambio).

Ahora llega el reto del 2009, la Clásica Angliru, con 130 kilómetros y las ascensiones intermedias del Maravio y el Tenebredo, en un recorrido similar al de la etapa de la Vuelta a España de 2002 (sólo falta el Cordal). Hasta el mes de mayo he pedaleado unos 1900 kilómetros con la BTT (por el hecho de realizar las altimetrías) y algo más de 900 con bici de carretera, aunque tengo que decir que llevo cogiendo la bicicleta de forma continuada desde el mes de octubre con lo que la cuenta de kilómetros con la BTT asciende a casi 2500 kilómetros. Pero el aspecto más importante ha sido el de ampliar la capacidad de resistencia, puesto que he hecho varias jornadas de 4, 5 e, incluso, 6 horas con la BTT, lo que pienso que repercutirá positivamente, ya que el peso de la primera es muy superior al de la segunda, y no digamos ya el rozamiento de las ruedas. A todo ello añado las jornadas de “pateo” en las subidas cuyos porcentajes se iban “de madre” (francamente unos cuantos). Tras coger, ya de forma continuada desde mediados del mes de mayo, la bici de carretera, he realizado varias jornadas maratonianas (superiores a 4 horas) para mantener la resistencia, que creo es lo más básico en esta marcha, incluyendo puertos largos (en torno a los 10 kilómetros) que mejoren el “fondo” necesario para afrontar las subidas.

Perfil de la Clásica Angliru 2009.

De como habrá salido todo informaré en un artículo posterior a la Clásica, a mi reto personal de este año (al menos, de lo que llevamos de año), ya que no se trata sólo del Angliru sino de 115 kilómetros más Angliru lo que le da un tono épico y muy especial a la ruta.

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