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Pensando en la Vuelta a Asturias

Pasó la Vuelta a Asturias 2012, una ronda que ha ido perdiendo peso en el calendario, pero que aún logra resistir, a pesar de la crisis del ciclismo actual, generada, en gran parte, por ese invento denominado "UCI Pro-Tour", en el que los "mandamases" de este deporte se sacan de la manga carreras en lugares con nula tradición. Así, carreras con varios años de vida (décadas, en varios casos) han ido desapareciendo (la Semana Catalana, la Bicicleta Vasca, Vuelta a los Valles Mineros, Vuelta a Valencia, Clásica de los Puertos...). El esfuerzo de la organización de la Vuelta a Asturias ha logrado que salga adelante, con un recorte de etapas sensible, ya que no estaba la tradicional ascensión al Acebo, y la Subida al Naranco fue, de nuevo, integrada en la ronda...

En cuanto a la participación cabe señalar que sólo había un corredor asturiano, y una figura de renombre internacional: el frances David Moncoutie, varias veces ganador de la Montaña en la Vuelta a España.

En mi opinión, la Vuelta a Asturias necesita un vuelco tanto de fechas como de recorrido. Que nadie lo tome como una crítica, porque la organización es la que paga, y el autor de este blog es sólo un aficionado con libertad para opinar.

-El problema de las fechas: La Vuelta debiera "incrustarse" entre la celebración del Tour y de la Vuelta, en el mes de agosto, aprovechando la posibilidad de una mejor meteorología y anclada a alguna localidad que celebre sus fiestas. Si famosas son en Asturias las fiestas de prau, para mí, sin duda una llegada que daría mucho juego a la Vuelta sería la ascensión a Alba, tras Cobertoria por Lena y Cordal. El recorrido sería de los que levanta expectación, por la posibilidad de encadenar, sin solución de continuidad, tres buenos puertos (un 2ª y dos HC): Cordal (por Riosa), Cobertoria (por Lena) y Alba.

 

La etapa propuesta sobrepasa ampliamente los 3000 metros de desnivel (sólo en los puertos ya alcanza esa cantidad). Esa etapa, en vísperas de la fiesta de Alba (mediados de agosto), podría erigirse en una jornada ciclista para recordar...

-El aliciente de la participación: Colocada en el mes de agosto, la Vuelta a Asturias sería una buena prueba para los participantes en la Vuelta a España. A una semana (aproximadamente) de ésta, posibilitaría la presencia de alguna figura más, de renombre. Anteriormente la Vuelta iba colocada entre Vuelta y Tour, coincidiendo en fechas con el Giro de Italia, lo que hacía posible que aquellos que no corrieran éste, tomaran la Vuelta a Asturias como preparación para la ronda francesa (ahí está el caso de Indurain, sin ir más lejos). Sin embargo en la actualidad, en el calendario ciclista, se ha quedado en un "terreno de nadie", tras las clásicas de primavera, y a escasas fechas del Giro...

En conclusión, lo que se pide es un mejor aprovechamiento de la orografía asturiana (sin duda, porque tenemos grandes puertos) y un cambio de fechas.

 

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